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viernes, 6 de julio de 2012


ARTROSIS, LO QUE HAY QUE SABER

QUÉ ES?

La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones y produce el desgaste del cartílago. Esta patología puede a producir incapacidad funcional, aunque es difícil que provoque un grado de invalidez que impida desempeñar las actividades cotidianas necesarias. La erosión del cartílago articular, provoca la alteración del cartílago articular del hueso opuesto de la propia articulación que, a su vez, comienza a sufrir el mismo proceso. Así, llega un momento en que los cartílagos pueden llegar a desaparecer y se produce el dolor. Aún sin llegar a esta situación, y a medida que desaparece el cartílago, el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos), produciendo la deformación de la articulación.

CAUSAS

  • Anormalidad de las células que sintetizan los componentes del cartílago, como colágeno (una proteína resistente y fibrosa del tejido conectivo) y proteoglicanos (sustancias que dan elasticidad al cartílago).
  • Influencia genética.
  • El sobrepeso, tanto fisiológico (obesidad) como el ocasionado por desempeñar profesiones que exijan realizar esfuerzos físicos muy intensos.

SÍNTOMAS

Los síntomas de la artrosis son progresivos y dilatados en el tiempo. Quizá el síntoma más temido sea el dolor, que en un primer estadio está asociado al movimiento y al esfuerzo al que se somete la articulación. En esta fase, el dolor cesa con el reposo. Posteriormente, el agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca tras el reposo y tras el ejercicio prolongado estos periodos de tiempo se van dilatando y haciendo más continuos, hasta que el dolor es casi constante. El reposo provoca que los músculos que rodean la articulación se atrofien. Además, en otros casos, el dolor y las deformaciones de los huesos provocan contracturas musculares.
El deterioro muscular ayuda a que la enfermedad sea más severa, puesto que coarta los movimientos naturales de la articulación y produce más dolor. Otro síntoma de la enfermedad es la rigidez de la articulación que impide que los movimientos se desarrollen sin dolor. Las zonas de descarga de peso como columna caderas y rodillas son las mas afectadas, aunque también se ve mucho en manos.

PREVENCIÓN

Es recomendable llevar una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicio físico moderado (acorde con la edad y el estado físico de la persona) y evitar la obesidad. También es necesario limitar los esfuerzos físicos intensos, tales como cargar objetos pesados o desempeñar actividades laborales que exijan un esfuerzo físico intenso. 
En caso de padecer ya la enfermedad, se deben evitar los movimientos que producen dolor, ya sea utilizando preferentemente otras articulaciones o limitando el uso de las enfermas. Sin embargo, esto no quiere decir que se deba tender a la situación de inmovilidad de estas últimas. Hacer ejercicio con las articulaciones enfermas es fundamental tanto para mantener la movilidad como para fortalecer los músculos y así evitar que la articulación quede fláccida. Este ejercicio debe ser suave y que no provoque dolor. Si es excesivo, ya sea en tiempo, esfuerzo o intensidad, siempre será perjudicial. El uso de bastones o muletas y reducir el esfuerzo de las articulaciones enfermas, es una forma de evitar el dolor y la degeneración de la enfermedad.
En la artrosis del pulgar, el uso de utensilios con mango ancho (que eviten los movimientos prensiles), evitar sostener objetos con los dedos o el uso de férulas inmovilizantes durante el trabajo, son medidas recomendables. El frío o el calor (en forma localizada, en ambos casos) pueden, respectivamente, aliviar temporalmente el dolor y la sensación de rigidez articular. Una ducha caliente con chorro a presión en las articulaciones enfermas puede ser muy recomendable.

DIAGNÓSTICO

Con una entrevista con el paciente y una exploración articular se suele conseguir la diagnosis. Si el especialista quiere confirmar el diagnóstico y determinar cual es el estadío de la enfermedad, se pueden realizar pruebas que consisten en la aspiración del líquido articular mediante una artroscopia (suele utilizarse sólo en la articulación de la rodilla) o la realización de radiografías u otras técnicas de imagen (ecografía, escáner, etc).

TRATAMIENTOS

  • Existen medicamentos, antiinflamatorios y analgésicos, que pueden ayudar a aliviar los síntomas producidos por la artrosis: tanto el dolor como la rigidez de la articulación. Estos fármacos tienen el inconveniente de que pueden producir problemas gástricos como las úlceras. Por otra parte, el sulfato de glucosamina puede ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad.
  • La rehabilitación de la articulación dañada es otro procedimiento habitual en el tratamiento de la artrosis.
  • Fisioterapia y tratamiento con calor local: para aliviar el dolor de los dedos es recomendable, por ejemplo, calentar cera de parafina mezclada con aceite mineral a una temperatura de 48 a 51 ºC, para luego mojar los dedos, o tomar baños tibios o calientes.
  • Tratamientos quirúrgicos: la cirugía también resuelve los casos en que las articulaciones de carga (cadera) estén muy dañadas debido a un estado muy avanzado de la enfermedad. Sin embargo, como todas las intervenciones quirúrgicas, éstas tampoco están exentas de riesgo. Los problemas principales que pueden aparecer después de una operación son: desprendimiento de la prótesis, debido a que ésta no encaja bien, o las infecciones.
Bibliografía.




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